La energía no se crea ni se destruye, se transforma. Entender la filosofía de esta ley de la termodinámica ha significado un avance “oculto” en la manera en que son tratadas las enfermedades. Desde tiempos ancestrales la humanidad ha ocupado los elementos de la naturaleza para resolver sintomatologías propias de la época. Se había logrado un equilibrio de la energía radiante del planeta con los seres que empleaban el fuego, la arbolaria, la música, la danza, los cantos para sanar el cuerpo. Ellos entendían la naturaleza y los diferentes cuerpos del ser humano, físico, energético, mental, emocional y espiritual, que al encontrarse en desequilibrio provocaban una somatización en el cuerpo físico, que se le llama “enfermedad”, lo cierto es que la inconsciencia que ha significado la globalización provoco una dependencia hacia los medicamentos y terapias alópatas que promueven la economía de laboratorios, farmacéuticas y hospitales, como un pujante elemento de la economía en un sistema capitalista polarizado, los daños colaterales que han causado estos procesos suelen ser irreversibles. La naturaleza nos ofrece los elementos necesarios para conservar la salud de los seres vivos que es la naturaleza misma.

ISUCITE: Integra desde una perspectiva sistémica, las competencias en diferentes terapias consideradas holísticas y que han demostrado su eficiencia en el tratamiento efectivo de las enfermedades, con sólidos protocolos estableceremos la base para una integración paulatina de nuestro trabajo como alternativas en el sector de la salud y el desarrollo.